Diagnóstico de Macrophomina phaseolina en campos de soja del Chaco

En la última campaña de soja, luego de un trabajo minucioso hemos diagnosticado la presencia de Macrophomina phaseolina en el cultivo de soja, por primera vez en los campos del Chaco paraguayo.


Autores:
Horacio López Nicora, PhD.
Martín María Cubilla, MSc.


1 de noviembre de 2019

En las últimas décadas, en el Paraguay se ha venido diversificando la siembra con varios cultivos, con destaque especial a la soja (Glycine max) por estar entre los mayores productores de del mundo y al mismo tiempo como el cuarto en exportaciones de soja (Soystats 2019). En cuanto al área plantada, la soja ocupa el primer lugar entre los cultivos extensivos en Paraguay y está entre los productos más importantes para la economía del país.

La producción de soja en el Paraguay se ha expandido a la gran mayoría de los departamentos, incorporándose a los más tradicionales como Alto Paraná, Itapuá, Canindeyú, Caaguazú, San Pedro, últimamente los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay de la Región Occidental o Chaco paraguayo, con una estimación de unas 30.000 hectáreas en la última campaña 2018/19 (CAPECO, NUESTROSUELO, 2019). Un incremento sostenible de la producción de este cultivo se viene dando en la región chaqueña con éxito, a lo que puede ser atribuido al esmero alcanzado por los productores y las cooperativas, con base a conocimientos logrados a investigaciones en la producción y aplicación de alta tecnología en genética, sistema de siembra directa y adecuada utilización de maquinarias con recursos humanos calificados. 

En un estudio realizado recientemente, se recolectaron muestras compuestas de suelo de 300 campos de soja elegidos arbitrariamente en varios departamentos de la Región Oriental del Paraguay (Lopez-Nicora et al. 2017). Se detectó la presencia de Macrophomina phaseolina en todos los campos de soja muestreados. Sin embargo, poca (o ninguna) información científica se tiene sobre la presencia de este hongo en campos de soja de la Región Occidental.

En la última campaña de soja, luego de un trabajo minucioso hemos diagnosticado la presencia de Macrophomina phaseolina en el cultivo de soja, por primera vez en los campos del Chaco paraguayo.

Luego las muestras fueron llevadas al laboratorio de la Universidad San Carlos, donde fueron examinadas macroscópica y microscópicamente. Las plantas de soja muestreadas, que presentaron síntomas de pudrición carbonosa, fueron limpiadas con agua la raíz principal y el tallo de las plantas afectadas, cortados longitudinalmente. En éstas se observaron la presencia de microesclerocios en tallos y raíces, lo cual pudo confirmarse con el estereoscopio y microscopio. Diferentes secciones de raíz y tallo fueron esterilizadas con alcohol al 70%, hipoclorito de sodio y lavado con agua destilada para luego ser colocarlos en medios de cultivos. Las muestras fueron incubadas a 27°C por tres a cinco días. El hongo Macrophomina phaseolina fue aislado de estas plantas, confirmando la infección de estas plantas por este patógeno, confirmando como el primer reporte de Macrophomina phaseolina en soja en el Chaco.

Macrophomina phaseolina es un hongo habitante natural del suelo y el agente causal de la podredumbre carbonosa del tallo de la soja. Generalmente, esta enfermedad es más severa en condiciones de elevadas temperaturas (28 to 35 °C) y sequía. Este patógeno tiene un amplio rango de hospederos y causa pérdidas significativas de rendimiento en la soja en todo el mundo.

Ciclo de vida de la podredumbre carbonosa

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La podredumbre carbonosa es causada por Macrophomina phaseolina. Este hongo sobrevive en el suelo o en los residuos de soja como microesclerocios, que son pequeñas estructuras de color oscuro.

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La soja se infecta cuando las raíces entran en contacto o crecen cerca de los microesclerocios, que luego germina y forma una estructura que penetrará el tejido de la raíz.

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Después de la infección, el hongo crece dentro del tallo y la raíz y comienza a interferir con la absorción de agua al obstruir el tejido vascular a medida que se forman las hifas y los nuevos microesclerocios.

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Numerosos microesclerocios le dan al tallo inferior y al tejido principal un aspecto similar al carbón y proporcionan inóculo para enfermedades futuras.            

Fuente: Smith et al. 2014

El agente causal de la podredumbre carbonosa del tallo de la soja.

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Macrophomina phaseolina, agente causal de la podredumbre carbonosa de la soja, afecta a más de 500 especies de plantas, incluyendo algodón, girasol, maíz, maní, sésamo y otros pudiendo formar parte como hospederos de este hongo, el cual se disemina mas eficazmente a nuevas áreas a través de la semilla. El hongo puede sobrevivir como microesclerocios (estructuras de resistencia producida por el hongo) durante varias temporadas en el suelo y en los residuos del cultivo (Fig. 1).


Fig. 1. Microesclerocios (estructuras de resistencia producida por el hongo)

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Los microesclerocios, por lo tanto, son el inóculo primario que se acumula cuando la soja se planta continuamente. El aumento de inóculo en los campos de soja se asocia con una enfermedad más grave. Macrophomina phaseolina se puede cuantificar como unidades formadoras de colonias (UFC) del suelo y tejido vegetal (Fig. 2) utilizando un medio semi-selectivo como se describe en Mengistu et al. (2009).




Fig. 2. Medio semi-selectivo.

Síntomas, signos y desarrollo de la enfermedad

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El hongo Macrophomina phaseolina es un patógeno habitante del suelo y como tal, su distribución espacial en campos se describe como agregada. Si las plantas de soja se infectan en la etapa de plántula, los síntomas pueden observarse en el cotiledón como lesiones de color marrón a negro (Fig. 3). Si las condiciones son calientes y secas, las plántulas pueden morir. 





Fig. 3. Cotiledón con lesiones de color marrón a negro 

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En plantas adultas, Macrophomina phaseolina causa lesiones en la raíz, el tallo, la vaina y la semilla. Los microesclerocios, que se producen en el tejido vascular y la médula, son responsables del aspecto de color gris de los tallos y raíces (Fig. 4). Este color gris plateado en el tejido sub epidérmico del tallo y las raíces es típico y da justicia al nombre común de la enfermedad "podredumbre carbonosa".




Fig. 4. Tejido vascular y la médula, de los tallos y raíces.

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En condiciones favorables para la enfermedad, las plantas de soja se marchitan (Fig. 5) y mueren prematuramente, quedando las hojas adheridas a los pecíolos. Los tallos inferiores y las raíces primarias muestran un color más oscuro que las plantas sanas y se observa una decoloración interna gris debido a la presencia de microesclerocios cuando se dividen longitudinalmente los tallos. 


El hongo continúa colonizando y produciendo microesclerocios inclusive después de la muerte del cultivo. Esto lleva al comienzo del ciclo una vez más con un aumento de la densidad de población del hongo en el suelo.


Fig. 5. Plantas de soja marchitadas 

Fig 6. Planta de soja muerta, con presencia de esclerocios

Fig 7. Microesclerocios en raíz (en células corticales y vasculares) que fomentan marchitez de plantas.

La compactación del suelo aumenta la probabilidad de infecciones ya que las raíces tienen mayor resistencia a penetración y consecuentemente menos capacidad de absorción de agua y nutrientes, lo que hacen que estén mas susceptibles a la infección. Esto indica que el manejo de los suelos como la rotación de cultivos con la incorporación de abonos verdes como cultivos de cobertura, y la manutención de la fertilidad adecuada, son de fundamental importancia para prevenir la infección de este patógeno, habitante del suelo, evitando causar serios daños económicos con grandes perdidas en la producción. Las malas prácticas como el monocultivo, labranzas, la falta de utilización de plantas de cobertura y el manejo inadecuado de agroquímicos, hicieron que muchos de los patógenos de suelo han incrementado su población, causando enfermedades en diversos cultivos, inclusive enfermedades no percibidas y que actualmente se han convertido en problemas de muy difícil solución por el productor, incidiendo directamente en la producción de soja y la rentabilidad del negocio.

Manejo

Las buenas prácticas agrícolas que reducen el estrés de las plantas contribuirán a controlar la pudrición carbonosa del tallo de la soja. Estas prácticas son: no sembrar en suelo desnudo, preparado o labrado; mantener la humedad y disminuir la temperatura del suelo con cobertura permanente; mantener niveles de fertilidad altos o adecuados (reposición de nutrientes)para el desarrollo del cultivo, fertilización adecuada según recomendaciones de acuerdo con los resultados de análisis de suelos; reducir la población de plantas para aliviar el estrés del cultivo de la soja; y rotación de cultivos con incorporación de abonos verdes como cultivos de cobertura, evitando el cultivo intensivo y continuo de soja (monocultivo). La combinación de estas prácticas culturales reducirá la acumulación de inóculo y el impacto de la pudrición carbonosa del tallo en la producción de soja, así como otras enfermedades de suelo como el caso de la Phytophthora sojae también diagnosticada ya en el Chaco en la ultima campaña.

A pesar de que se ha identificado resistencia parcial a la pudrición carbonosa, aún no se dispone de cultivares comerciales resistentes. Una de las formas de reducir el impacto de estos patógenos, también consiste en el tratamiento de semillas, técnica utilizada con éxito en diversos cultivos y para diversas enfermedades. El tratamiento de semillas en la mayoría de las veces constituye una medida de bajo impacto en el costo de producción y segura para erradicar los patógenos que están en las semillas y de esta forma proteger la misma cuando es sembrada (expuesta a un ambiente incierto de parásitos y saprofitos) además de propiciar buena población de plantas sanas ya que reducen considerablemente las perdidas en el número total de plantas causadas por agentes bióticos (Goulart et al., 2000; Mantecón, 2005). En un trabajo liderado por Orrego et al. 2009, concluyeron que el tratamiento de semillas con fungicida controla de manera eficiente al hongo Macrophomina phaseolina.

Para finalizar, los obtentores de variedades de soja ofrecen a los agricultores nuevas opciones de materiales genéticos a cada año, adaptados a diferentes ambientes y sistemas de producción; sin embargo, esta selección debe ir acompañada de informaciones claras y precisas, que el productor debe manejar específicamente a lo que refiere a la resistencia a enfermedades, a fin de que su selección sea la correcta para la condición edafoclimatica en que se encuentra.

Consideramos que es de extrema importancia realizar estudios serios de investigaciones regionales en el área de suelos, fitopatología, entomología y otros, para lograr obtener / generar resultados e informaciones locales con los cuales los productores puedan producir de manera sostenible y al mismo tiempo sean competitivos a nivel regional y mundial, como venimos trabajando con mas consistencia en la Región Oriental posicionando al país entre los mayores productores y exportadores mundiales de soja.


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Vista aérea de parcela con Macrophomina phaseolina

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