Restaurar la salud del suelo
Los cultivos de cobertura ayudan a incrementar la materia orgánica del suelo y mejorar su salud en general.
Con el uso de cultivos de cobertura aumentan los tenores de materia orgánica en el suelo a lo largo de los años, lo que proporcionará significativas mejorías en las características químicas, físicas, y biológicas del suelo.
Posibilitan una mejor estructuración del suelo (mejor agregación, mayor aireación) favoreciendo el crecimiento de las raíces de los cultivos posteriores.
Implementan el reciclaje de nutrientes en el suelo, disminuyendo la lixiviación de los mismos, para adicionar nitrógeno al sistema, principalmente con el uso de leguminosas minimizando la demando extrema de fertilizantes.
Los cultivos de cobertura también mejoran la infiltración del suelo. Los cultivos de raíces profundas como el nabo permite pasajes naturales de agua, así como también reducen la compactación del suelo. Los cultivos de leguminosas añaden nutrientes naturales en el suelo mientras que las gramíneas limpian los excesos de nutrientes dejados en el suelo y que pudieran ser tóxicos.
Estos cultivos posibilitan, con el crecimiento rápido y agresivo, la competición con malezas, disminuyendo los costos con su control.